Hola Oswaldo, muchos saludos y buenos deseos en esta etapa que comienzas ahora.
A pesar de sólo ser una carta, siento esos nervios de saber que estoy hablando con uno de mis ídolos.
Qué más puedo decir, en todos tus años en la cancha siempre fuiste para mí un ejemplo a seguir, aún cuando defendieras el arco en equipos que no son los que apoyo.
Tuve la suerte de poder verte defendiendo el arco del rebaño sagrado y vaya de qué manera. Podrán pasar muchos porteros por ese arco, incluso por el de la Selección Mexicana, pero tú te ganaste un lugar especial en el corazon de todos los rojiblancos. Eres y siempre serás "San Oswaldo".
En lo personal, fuiste un gran ejemplo, tanto que gracias a ti fue que me decidí estar en la posicion de portero, a rifarme el físico en todas las salidas y siempre dejar el alma en el campo, tal como tú siempre lo hiciste.
Mucha gente jamás entenderá tu salida del Guadalajara, pero en lo personal no tengo nada qué reclamarte, al contrario, agradecerte mucho ya que diste siempre el 100% en nuestro equipo y nos llevaste a conseguir el onceavo campeonato.
No creí que llegaría el día de ya no verte más en las canchas, y debo admitirlo, me dio tristeza y nostalgia, pero ya te has ganado un lugar entre las leyendas del futbol mexicano. Gracias por todo lo que hiciste, y de nuevo, mucho éxito en esta nueva etapa de tu vida.
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