Tal vez sea uno de los porteros más emblemáticos no solo del fútbol mexicano en los últimos años, sino del mundo entero en su momento. Hoy dice adiós al fútbol profesional, uno de los arqueros que marcaron época en el fútbol mexicano, un profesional en toda la extensión de la palabra, un apasionado capitán que portaba el brazalete con pasión y coraje, pero sobre todo, con la misma humildad que lo llevó a alcanzar la gloria tantas veces bajo los 3 palos.
Más de 20 años de carrera ininterrumpidos en el fútbol mexicano no pueden ser casualidad, más de 700 partidos en la máxima categoría de nuestro balompié, no pueden ser producto del Espíritu Santo, el fútbol es muy sabio y le sabe recompensar con creces a aquellos pocos jugadores que han entregado el esfuerzo, el sudor y su vida entera a este deporte.
En una emotiva conferencia de prensa "San Oswaldo" anunció su retiro, en una sala donde las emociones estuvieron a flor de piel pues el gran capitán estaba diciendo adiós.
Quién no recuerda aquellas atajadas con Chivas de Guadalajara, quién no recuerda sus campeonatos con Santos, quién no se conmocionó cuando días antes de la Copa del Mundo Alemania 2006, Don Felipe, padre de Oswaldo, lamentablemente perdía la vida y aún después de que Sanchez Ibarra regresó a México para despedir a quien le inculcara los valores que lo han mantenido en donde está y a quien le enseñó el amor por el fútbol, un día después estaba arrodillado en el césped del Frajen Stadion de Nuremberg celebrando la victoria del TRI 3-1 sobre Irán, misma que su padre no pudo ver.
Quién podría olvidar a quien siempre fue el portero espectacular, seguro, lleno de pasión y de temple, con un carácter envidiable por cualquier futbolista y a la vez, aquél niño humilde y soñador que alguna vez se trazó la meta de jugar en primera división.
Quién va a olvidar ese característico "Cristo" en sus achiques que tantas veces salvó el arco de la selección mexicana.
Sería un ingrato aquél que se atreva a olvidar al gran Oswaldo Sánchez, porque es ahora cuando se le tiene que homenajear, cuando se le tiene que reconocer esa gran trayectoria, no cuando ya no esté y como él muchas veces lo ha manifestado, "yo no juego por el reconocimiento, yo juego por amor al fútbol", es imposible sentir un nudo en la garganta al decirle adiós a un arquero de esa talla, a un portero de esa categoría.
Oswaldo Sánchez dejó un legado para todos los que amamos esta posición, el ser portero va mucho más allá de lo que las demás personas pueden pensar, Oswaldo seguirá siendo un referente en el mundo de la portería, seguirá estando en nuestra mente cuando veamos un achique, un recueste, un vuelo o un "cristo salvador", porque meter la pelota en el arco, cualquiera lo puede hacer, pero salvar un gol cantado, SÓLO UNO.
Todo lo que podemos decir es GRACIAS OSWALDO, NUNCA TE VAMOS A OLVIDAR.
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