Dentro del futbol existe un fenómeno que me tocó vivir como futbolista y como entrenador y sé que también a ti te ha pasado y más si estás en alguna división profesional.
El jugador de tercera y segunda división, es temeroso por naturaleza y en algunos casos, hasta en primera nacional. No me refiero a que sean temerosos dentro de la cancha, que no metan o que no enfrenten un mano a mano, no a eso.
Me refiero al miedo a hablar fuera de la cancha, a pedir opiniones, a preguntar "por qués" y buscar soluciones.
La gente de afuera dice que los futbolistas somos "agrandados" y los que estamos adentro lo negamos, pero es precisamente es por esa sobervia que ni el entrenador, ni el directivo, ni tú, se animan a hablar y creeme que durante mi carrera, conocí casos de jugadores que están borrados, siendo banca de la banca, pero que tienen los pantalones para hablar y pedir una oportunidad en otra posición y es justo eso lo que necesitaban para poder explotar sus capacidades.
Si no preguntas, la respuesta siempre será no, seguirás siendo el mismo de siempre y estando en el mismo lugar, porque al final de cuentas el entrenador decide a quién poner. Tú puedes percibir que te falta trabajo en el aspecto técnico, pero puede ser que si no estás jugando es porque el DT ve en ti carencias en el aspecto físico y si no lo preguntas, nunca sabrás qué es lo que estás haciendo mal.
Existen casos de jugadores que por diferentes circunstancias están jugando una posición que desconocen o que simplemente no se sienten cómodos pero el miedo a ser borrados, a escuchar un "no" como respuesta, les impide hablar y pedir una oportunidad de mostrarse en otra posición.
Nunca te quedes con la duda, pregunta, habla, te recomiendo que busques al entrenador y en corto le preguntes, derecho y sin rodeos, un futbolista honesto consigo mismo siempre alcanzará el éxito, al final de cuentas si no lo haces, años después estarás diciendo: "Y si hubiera...".
¿Ya leíste...?
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