¡Felicidades hijo, buen partido!

Muchas gracias papá, no podía comenzar con otra frase que no fuera ésta, porque día con día te has esforzado por siempre darme lo mejor, siempre de acuerdo a tus posibilidades, pero sabes qué, estoy completamente satisfecho con el simple hecho de que cada día dediques unos minutos para mí. 

Recuerdo cuando íbamos de la mano a la cancha de la categoría infantil donde yo jugaba y tu me gritabas desde afuera, era justo allí donde te enojabas con el arbitro, donde le llegaste a gritar al entrenador, donde llegaste a perder la calma, donde te olvidaste que sólo era un juego, donde te reíste y te divertiste viéndome jugar, fue ahí donde me ensañaste a creer en mí, donde me dijiste que era capaz de hacer lo que quisiera siempre y cuando lo hiciera bien, fue justo allí donde me regalaste lo mejor que nunca nadie me podría haber dado un "Felicidades hijo, buen partido". 

Siempre fuiste, eres y serás una figura importante en mi carrera, en cada juego ahí estabas para felicitarme o bien, para aconsejarme. 

"Te están ganando la espalda", "ojo que fulanito siempre está sólo", "a tu derecha, va a tu derecha", "ése es mi hijo"... y así podría seguir con todas las frases que escuché de tu boca cuando estaba en el terreno de juego, hoy le doy gracias al futbol por haberme dado la oportunidad de tener un padre como tú.

No hay como agardecerte todo lo que has hecho por mí, por mi madre y mis hermanos, siempre estás presente en cada juego y en cada atajada. ¿Sabes? no es fácil describir el amor que siento por ti, es casi igual de difícil de describir como una buena jugada, tú mejor que nadie sabes de qué hablo porque compartimos la misma pasión por el mismo juego, el futbol.

¡Felicidades papá!